Autor: Christian Erazo

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El título en inglés hace alusión a la concepción de que un artista solo puede vivir del arte en tierras del Norte. En Latinoamérica es todo un desafío vivir de una profesión artística. Sin embargo, el arte como cualquier ciencia requiere de una rigurosa preparación y dedicación para obtener un nivel profesional. Lo que nos lleva a cuestionarnos el valor del arte en una sociedad orientada a lo utilitario. Cuando un fotógrafo realiza iluminación, composición, preproducción, producción, retoque y termina una obra; esta fotografía no se puede comer, con ella no se puede cobijar. Esta falta de utilitarismo hace que el arte sea visto como algo no necesario y no valorado. Decía alguien: “en un terremoto o evento accidental, el álbum familiar y las fotos sería la última cosa que tomaríamos, pero la primera por la que volveríamos.”

El arte nos recuerda aquello que hemos olvidado en casi todas las áreas, los sueños, el amor, la pasión.

Se dice que la medicina, la física, la química son necesarias para la vida porque estudian elementos importantes para la vida pero el arte toca los elementos indispensables para la vida. Uno puede vivir sin un brazo o sin un microondas. Pero como vivir sin amor, sin pasión, sin emoción. El arte es aquello que somos humanos y tiene un fin en sí mismo.