Autor: Rafael García
Un ser que juega es más fácilmente adaptable a los contextos y las condiciones cambiantes. El juego como improvisación libre agudiza nuestra capacidad de enfrentar un mundo en cambio” (Free Play)
“Di Ludu Sumus” es un juego de palabras donde las vocales abiertas son reemplazadas por cerradas, la: a, i y la u; es una forma de jugar con el kichwa, ya que este por lo general usa solo estas tres vocales y en modo de repensar lo estrictamente formal o estrictamente ético del idioma y su léxico; le hago un tributo a la manera de hablar de lo quitiñus de acá, esos que caminaban di san Ruqui cargadus de custales con maíz, trigu, papas, mellucus y habas. A las virduleras que ofrecian lus mejores manjares di las tierras. Un buen locro, unos buenos choclos cocinados con habas; oro comestible del sol.
En un segundo juego hay 4 estaciones, 4 elementales, 4 partes de la chakana andina; los ciclos que nos acompañan durante nuestros días. Cada estación lleva su color y lleva virtudes. Mujeres y Hombres fuertes, perseverantes, felices de sus logros, de su trabajo, de su esfuerzo. Determinación, justicia, metas logradas, calidez en el alma, abrazos fuertes y amor para compartir; los verdaderos dioses de nuestro olimpo llamado Ecuador. Todos ellos y nosotros girando en una espiral alrededor de la vida y la muerte, la luna y el sol. Entendiendo la muerte como una transmutación hacia algo más; como saben contar los waoranis, que los antiguos al morir se hacían meñe (tigre/jaguar). Y a la vida como esa manifestación que le consideramos divina, la cosecha, el oro de acá, el maíz. Hijos del sol recto, del sol vertical.
Y en tercera instancia, un dialogar desde lo simbólico, desde lo semiótico, lo metafórico; el jugar con los colores, los signos, los símbolos, los significados. Como lo describía en un texto anterior, una fanesca de elementos son las que dan vida a estas fotos, incluso algo de plásticas y escénicas.
El arriesgarse a crear y soñar lejos.
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